Tengo este amor infinito por mi cuerpo y es tan grande que no me importa o afecta lo que otros puedan criticar de él. Eso pienso ahora que tengo más de 30 años.
Desde muy chica me he caracterizado por ser delgada. Algo que para muchos siempre fue motivo de burla. En el colegio me ponían apodos, y me hacían sentir inferior. Yo me miraba al espejo y no me gustaba lo que veía. En mi familia las cosas no eran diferentes, también me hacían bullying, chistes por mi delgadez y las famosas frases: "Cómo esta de flaca"...
A veces esto lograba afectar mi autoestima y hacía que mirara a otras mujeres con recelo, pues ellas tenían más busto o piernas, tenían curvas. Luego, ingresé a la universidad y ya más madura, entendí que las formas femeninas son hermosas y que aunque algunas personas tienen "gustos" particulares, no hay porque sentir vergüenza de ser flaca o acuerpada. De ser alta o bajita. De tener más busto que cola o viceversa.
Entre mi cuerpo y yo:
Tengo curvas y me gusta
Tengo estrías y las amo
Tengo celulitis y no me avergüenzo
Tengo la satisfacción de ser esa "flaca", esa “gorda”, la “alta” o “bajita”
Tengo vida y la abrazo
Las mujeres tenemos todas estas características que reafirman nuestra feminidad. Algunas de ellas se manifiestan por el embarazo, la edad o simplemente por vivir. Todas, absolutamente todas las tenemos. Unas más que otras y si, a pesar de los estereotipos en donde los cuerpos son "perfectos", entiendes que eres única y que al aceptarte, te aprendes a amar aún más.
No es fácil luchar contra las críticas a tu figura, al rechazo de la sociedad o a los que quisieran que fueras diferente por ellos, no por ti. Esos que buscan perfección pero que son imperfectos. Esos que parecen no tener un filtro entre su cerebro y la boca, y van escupiendo su odio y envidia por donde pasan.
Dicen que el peor enemigo de una mujer es otra mujer y lastimosamente así es. Nosotras nos criticamos fuertemente y utilizamos nuestras energías para dañarnos entre si ¡Qué estupidez! Lo vemos a diario en las redes sociales. Destruimos en vez de construir, sin darnos cuenta el daño que causamos con tan solo un “comentario”.
Por eso es que es vital que entendamos que somos bellas y que debemos luchar para resaltarlo todos los días. Debemos vivir la vida a plenitud en vez de sufrir por no tener "el cuerpazo". Debemos ser felices con nuestras características sin permitir que nos digan lo contrario. Debemos procurar amar nuestro cuerpo imperfecto para sonreír.
Pero sobre todo, debemos aprender a decirnos lo lindas que somos, y si puedes, díselo a otra mujer, nunca sabrás si ese comentario positivo le cambie la vida, su autoestima y confianza.