¿Cómo visualizo a mi hijo en su presente y futuro? No puedo evitar pensar en ello sin suspirar al hacerlo. Lo visualizo muy feliz, sano y sobre todo, siendo un gran ser humano.
La ma/paternidad es muy complicada, nos reta día tras día en todos los aspectos de la vida de nuestros pequeños y en nuestro rol como sus cuidadores, sin duda, hay algo que hace que esta tarea tenga un componente adicional de estrés y es el opinodromo, ese que nos lleva a lidiar con los consejos no pedidos de los que nos rodean y que se creen con el derecho de decirnos cómo deberíamos criar a nuestros hijos a través de comentarios que buscan hacernos sentir como exagerados o descuidados por las elecciones que tomamos para su bienestar, (muchos de ellos, solteros y sin hijos) ¿irónico, verdad?
"Cuando yo los tuve a ustedes", "en mis tiempos no nos poníamos con tanta vaina", "no te compliques"... las frases de esos opinologos que nos dicen que hace 30 años las cosas eran muy diferentes de como son hoy en día, ¡y la verdad es que sí son muy diferentes!
Antes estaba bien dejar a los niños llorar para “hacerlos fuertes", o se les obligaba a comer sin importar si querían o no, a tal punto de pegarles porque "con la comida no se juega", las reglas eran diferentes, zanahoria y garrote, ese era el lema.
Fuimos una generación a la que le enseñaron a través de los golpes y las prohibiciones, muchos tenemos secuelas de esa forma de crianza que normalizó el maltrato físico y verbal, así como la minimización de la persona hasta el punto de dominarla como señal de “obediencia”.
Crecimos con traumas e inseguridades de las que nunca hablamos porque eso nos hace débiles, pero que se refleja en el día a día de nuestras vidas con cada decisión que tomamos o con cada acto en nuestros espacios cotidianos como el trabajo, la pareja, los amigos, la sociedad y nuestra función dentro de ella.
Lo que nos cuesta entender es que estamos ante una niñez frágil y en construcción que necesita bases sólidas de amor y respeto para que a medida que crezcan y vivan sus etapas, puedan relacionarse sin apegos y frustraciones que los lleven a formar relaciones sanas y les permitan ser individuos sociales y empaticos con los demás.
Porque damos lo que nos enseñan en nuestra casa, porque somos de lo que nos llenan papá y mamá, de su ejemplo, de sus valores, de su amor.
A los nuevos papás y mamás, los de esta generación, a los que nos critican porque no queremos dejar llorar a nuestro hijo o porque no lo estamos llenando de comida todo el tiempo, los que queremos una crianza sin golpes, a los que nos tomamos el tiempo de escucharlos, abrazarlos y decirles todo el tiempo que son valiosos y que lo están haciendo maravilloso. A esos papás y mamás, no nos detengamos de hacer lo que consideramos mejor para nuestros hijos e hijas porque no hay nadie que los conozca mejor que nosotros.
Cuidémoslos de exponerlos ante muchas personas, sembremos en ellos buenos hábitos de sueño y alimentación, hagamos de sus vidas un arcoíris en el que se sientan seguros y felices e ignoremos a los que piensan que pueden opinar.
La ma/paternidad es mucho más compleja que antes porque ahora se tiene en cuenta a ese pequeño ser que no puede hablar o elegir por si mismo, pero, que sin duda, juega un papel principal en esta historia.
Dejemos de decirles que son la "generación de cristal" por el solo hecho de no estar dispuestos a soportar abusos, maltrato e infelicidad, por el contrario, celebremos que estamos criando a futuros hombres y mujeres más conscientes y responsables afectivamente.
¡Dedicado a nuestro pequeño hijo quien es nuestra inspiración para ser mejores cada día!
🤍
