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¿Cómo combatir la violencia de género desde nosotras?

Actualizado: 24 mar 2021

“Me golpea”, “me amenaza” “me es infiel”, “me hace sentir poco atractiva”, “me controla”, “no me apoya”, “me cela”, “me impone su forma de hacer las cosas”, “me trata mal cuando le pido respeto”, “me accede sexualmente cuando no quiero”, “me limita”, “me manipula”, “me minimiza”, “me aísla de los demás”. Las mujeres tenemos un sexto sentido que nos habla para protegernos, aprendamos a escucharlo.



Luego de recoger en mil pedazos mi corazón y el de algunas amigas y familiares, luego de escuchar sus historias fallidas de “amor” en las que nos han maltratado psicológica, física y socialmente; me he preguntado una y otra vez, ¿Por qué las mujeres nos sometemos a esto?


La mayoría de feminicidios reportados ante las autoridades en Colombia, han sido perpetrados por parejas y exparejas de las víctimas, la violencia intrafamiliar, las amenazas, los abusos, las peleas, el machismo, los celos y el no aceptar que la mujer elige después de una vida llena de antecedentes de violencia, no querer estar más con esa persona, son el detonante, y vuelvo a cuestionarme ¿Por qué las mujeres nos sometemos a esto?


Es claro que nos involucramos con la persona equivocada cuando pasamos por este tipo de relaciones. En algunos casos para muchas ya es demasiado tarde, ¿nunca viste las señales? Yo sí, pero las ignoré, la razón, falta de amor propio.


Relación 1: Se mostraba como una buena persona, nunca me gritaba o trataba mal, pero me cuestionaba mi forma de vestir, cuando tenía crisis existenciales se aislaba de mí, pero se iba de paseo con sus amigos y amigas, me decía que no me veía como la mujer de su futuro y al mismo tiempo que me amaba y me manipula emocionalmente para que yo hiciera cosas que él quería. Todo lo anterior, aprovechándose de mi amor por él, yo no lo quería perder, era insegura de mi cuerpo y de mi mente, lo que hizo que creara una dependencia absurda a su compañía.


Relación 2: Me había dejado mi novio anterior después de cinco años. Estaba de alguna manera buscando no estar sola y eso me llevó a cometer un error de compañía. Conocí a alguien en el lugar en el que trabajaba, él era celoso, posesivo, machista, inseguro, mejor dicho, tenía una personalidad con la que yo poco me entendía, sin embargo, yo tenía claro que sola no quería estar. Al año de esta tortuosa relación, él me dejó por su ex novia de la que hablaba muy mal por cierto, en ese punto sentí alivio aunque reconozco que me dolió, quizá por ego.


Después de vivir sumergida en todo este dolor, entendí que lo que me había pasado también era responsabilidad mía por haberlo permitido, por lo que decidí quedarme sola para sanar mis heridas y trabajar en mi amor propio, y aquí está lo que hubiera podido evitar mi sufrimiento ¡AMOR PROPIO! No es que vivir estas experiencias no me hayan enriquecido, es verdad que aprendemos cuando nos caemos, pero también es cierto que si escucháramos más esa voz interna que todo el tiempo nos envía señales, no pasaríamos por situaciones que luego terminan marcando nuestra vida.


En mi caso, nada grave que lamentar, pero no es el final feliz de muchas mujeres que ahora hacen parte de las cifras de muerte violenta que nos enluta a todas, o de los casos de violencia intrafamiliar en donde ya no solo sufres tú, sino que también tus hijos, padres, amigos y en general, todos esos a los que arrastras sin querer hacerlo.


No ignoremos las señales


Estas relaciones fallidas me mostraron señales todo el tiempo y yo las ignoré, ¿por qué? siendo sincera, en la primera relación, creo que influyó mi dependencia, cada mal rato, cada incomodidad, cada situación, cada inseguridad, la guardaba en un cajón fingiendo demencia, como si nunca hubiese pasado. Sentía que no iba a volver a conocer a una persona como él (lo tenía en un pedestal), pensaba que era el amor de mi vida y sentía un dolor horrible en mi estómago de solo pensar mi vida sin su presencia.


En la segunda relación, bueno, creo que fue más capricho, ya no era tan ingenua, sin embargo, me sentía comprometida moralmente con esta persona que “me ayudó a armar mis partes cuando estaba rota”. Yo criticaba su machismo, sus celos, su irracionalidad, pero no hacía nada para alejarme y eso me fue sumergiendo más a estar a su lado.


Me faltaba amor propio


Siempre me faltó amor propio y al analizarlo siento que viene desde mi niñez. Aunque tenía padres amorosos, crecí en un hogar disfuncional donde había abandono, por eso quizá cuidaba con tanto recelo a quien llegara a mi vida y a pesar de no ser compatibles para estar juntos, me aferraba porque creía que así era que se vivían las relaciones de pareja, me llevó un buen tiempo entender que no.


El amor propio es la clave y no me cansaré de decirlo. Quisiera que todas las que leen esta nota entiendan que cuando hay amor propio no hay espacio al maltrato, al apego, a creer que uno cambia a la pareja, tampoco la controla y mucho menos a pensar que el amor es aguantar golpes, insultos, abusos, sumisión y postergación de sueños por el otro.


Quisiera que criemos a nuestras niñas y niños para que sean fuertes, para que amen con todo su corazón, pero entendiendo que primero están como personas, que les enseñemos a superar sus rupturas de una manera saludable, a que entiendan que somos libres y que si algún día se involucran con un hombre o mujer que les muestre estas señales, se vayan a tiempo, antes de que no haya vida que vivir.


El apego emocional es un arma mortal


Estamos sufriendo de apego y dependencia cuando toleramos cosas que nos sobrepasan. Algunos síntomas más comunes son querer estar siempre con esa persona, sientes que lo necesitas todo el tiempo, sientes inseguridad en la relación, te sientes inferior frente a tu pareja, sufres de pensamientos obsesivos, no hay realismo y uno de los más importantes, no sabes estar sola, no tienes proyectos personales, ni planes, no disfrutas de otras compañías, ni de la vida.


Tu instinto de mujer te dice que las cosas están mal pero prefieres no ponerle cuidado porque te cuesta enfrentarte a ti misma y afrontar la situación, por ello permites los abusos y hasta los justificas.


Vivimos en un sistema que no protege como debería a la mujer, donde aunque te separes y pongas denuncias no estas segura si esta persona es violenta, donde incluso termina la justicia siendo otro verdugo, por eso y de ahí la importancia de alejarse a tiempo, tomar distancia y si es necesario aunque nos parezca injusto, no dejar rastro al victimario para que pueda llegar a nosotras porque las ordenes de alejamiento son papeles que no te blindan lo suficiente.


La primera herramienta y quizá la más valiosa que tenemos nosotras las mujeres para evitar la violencia es amarnos tanto, que no permitamos que ninguna persona quiera controlar nuestra vida en el “nombre del amor” para luego destruirla.


De Chicas BLOG tiene una alianza con el proyecto Transformando tu Alma para brindar apoyo psicosocial a las mujeres que estén enfrentando violencia de género, si eres una de ellas, no dudes en buscarnos porque no estás sola. Contacto: @transformandotualma



Imagen tomada de freepik.es

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