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¿Nos falta sororidad? Gina Paola Manrique, víctima de la indiferencia

Actualizado: 13 feb 2021

Muchas veces observamos o sabemos de algún caso de maltrato intrafamiliar y preferimos callar, ¿Por qué lo hacemos? porque conocemos al victimario, porque no nos gusta “meternos en lo que no nos importa”, porque vemos las situaciones desde afuera y lo más importante, porque siempre tenemos una excusa para no involucrarnos. Hablemos de sororidad.



Imagen tomada de freepik.es

Sororidad se refiere a la hermandad entre mujeres con respecto a las cuestiones sociales de género.


Las noticias y las redes sociales son el medio por el cual conocemos de los más crudos feminicidios del país. Nunca creemos que esto pueda llegar a ocurrir en nuestro entorno cercano y menos, que nos pueda pasar a nosotras.


Hace un par de años viví en Neiva, Huila. En ese entonces conocí de lejos a una mujer que vivía en frente de mi conjunto. Su nombre era Gina Paola Manrique de 38 años de edad, nunca hablé con ella, solo sabía que era empresaria y madre. Una semana después, Gina Paola acaparaba los titulares de los medios regionales y nacionales. La habían asesinado.


Recuerdo haberla visto cuando sacaba a pasear a mis perros y pasaba por el frente de su casa. Era una mujer muy hermosa, tenía dos hijos. Una semana antes de su muerte, se arreglaba el cabello mientras recibían a sus invitados, estaban de inauguración ¡Fue tremenda fiesta opita!


Su ex pareja era el padre de uno de sus hijos, eso era lo que comentaban los vecinos luego de que él la matara y pretendiera hacerla pasar por un caso de suicidio. Según las investigaciones del CTI, su deceso ocurrió la madrugada del 18 de noviembre de 2017.


El vigilante de nuestro conjunto dijo que en efecto sobre las 5:00 am, escuchó un grito femenino salir de ese lugar, un grito que anunciaba la tragedia. Al frente había una tienda concurrida por los vecinos del sector, y allí era donde se especulaba sobre todo lo sucedido.


¡Se colgó! decían. Qué estaba ebria y había tenido una discusión con su ex pareja, que supuestamente él había salido de la casa y ella había tomado la decisión de colgarse en el cuarto de ropas.


Todos hablaban del tema y pocos sabían la cruda verdad, incluyéndonos. Solo veíamos a sus hijos adolescentes y a sus padres llorar con profundo dolor. De todo lo que se dijo, lo único cierto fue que estuvo con su ex pareja.


Poco después, las autoridades confirmaron que él la había matado en un ataque de celos. Ellos ya estaban separados pero él no se daba por vencido en recuperarla. Sin embargo, ella había avanzado y tenía una nueva relación. Al parecer esto fue lo que despertó la ira del hombre.


Él la golpeó, la asfixió y luego la colgó de una soga, “Ahí en el patio había una soga y lo primero que se me vino a la cabeza fue cogerla, devolverme, pasársela por el cuello y ahogarla. La tomé por el cuello y no la solté hasta que no se movió más, luego se me cayó y se golpeó en la cabeza, yo no sabía qué hacer (...) decidí hacerlo parecer como si ella se hubiera quitado la vida, por eso ella tenía marcas en las manos porque me tocó arrastrarla, se me cayó varias veces, la senté en una silla, la dejé ahí con la soga luego me fui a tomarme otras cerveza. Posteriormente le dije a la familia que Paola se había quitado la vida”, esta fue la declaración del asesino, Edgar Alexander Calderón Algarra.


Mientras tanto, en la casa de al lado, una mujer mayor asegura que la escuchó gritar pidiendo auxilio. Ella le dijo a su hijo y este la regañó por "estar de chismosa", la señora no insistió más, tampoco llamó a la Policía para que se investigara lo que estaba ocurriendo. Ella simplemente decidió hacer oídos sordos ¿Qué hubiera pasado si alguien la ayuda? Su historia sería muy diferente. Sus hijos no estarían huérfanos y sus padres no hubieran sentido que la vida se les acababa ¿Se acuerdan del grito femenino? Resulta que no era de ella, fue de él fingiendo el momento en el que la "encontró colgada".


En la actualidad, un juez de Neiva sentenció a este hombre a 50 años de cárcel por el delito de feminicidio agravado. "Se hizo justicia", sí, pero la verdad es que ni siquiera la cárcel parece suficiente castigo para mermar el dolor por perder a un ser querido y menos en estas condiciones.


Una sociedad violenta se está alzando en contra de las mujeres y niñas. La reflexión: no debemos esperar a que nos pase a nosotras para ser solidarias. No debemos callarnos si vemos una agresión, no importa que conozcamos o no a la víctima. Hoy en día hay muchos canales de atención y ayuda a los cuales podemos acudir.


Según la Fiscalía Seccional del Huila, para el año en el que murió Gina Paola, asesinaron a 12 mujeres, en el 2018; 3 casos, uno de ellos fue la muerte violenta de una mujer que tenía 40 semanas de gestación, y en el presente 2020, se investigan 4 feminicidios. Este departamento ha registrado en el primer semestre del año, 240 agresiones sexuales a mujeres, niñas y adolescentes y se denunciaron 406 casos de violencia intrafamiliar y de pareja. No es momento de callar, la conciencia y la unión, pueden ser determinantes al momento de salvar una vida en riesgo inminente.


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